domingo, 16 de septiembre de 2007

Algunos colegas, el cambio y las redes

Acerca de el acercamiento de algunos docentes al cambio.

Encuentro en el blog "La mirada pedagógica" vía Concepción Abraira y su excelente blog, un muy interesante alegato acerca de los docentes españoles y sus distintos acercamientos a la enseñanza, en donde aparece una brecha muy habitual también en Latinoamérica entre "los disciplinares" y los "pedagogos".

Nada de esto es nuevo. Sin embargo, tengo para mí que los blogs tienen una magia particular, establecen un lazo con el lector que nos permite leer algo ya conocido, pero que al ser comunicado como una experiencia personal de otro nos motiva a reconsiderar nuestras propias ideas, muchas veces con una efectividad mucho mayor que un trabajo académico o una capacitación

Antes de transcribir el post, quisiera tomar posición en tres asuntos que considero relevantes.

1. Por suerte hay polémica, por suerte aparecen los abogados, los ingenieros, arquitectos y economistas que traen la realidad a la escuela, y que confrontan a los profesionales de la enseñanza, haciéndolos crecer.

2. Como es costumbre ultimamente, sugiero reemplazar en algun caso (lo hago en azul) el trabajar colaborativamente en red o las nuevas TICs por pedagogía o aprendizaje. Sorprenden (en realidad no sorprenden) ciertas coincidencias en las resistencias y el conservadurismo de la escuela (que no es patrimonio por cierto sólo de los especialistas disciplinares, sino muy frecuentemente de los que tienen "formación pedagógica de base")

El que esté libre de culpa, que arroje la primera piedra...

3. Finalmente, rescato la conclusión: "Y admitir, de una vez por todas y sin reparos, que en educación lo poco que sabemos, lo sabemos entre todos.". Me pregunto cuanto demoraremos en trasladarlo a las aulas y a las instituciones.


Mis colegas antipedagógicos basan su legitimidad como profesores en el conocimiento de la disciplina y no en su capacidad de promover el aprendizaje. Consideran, asimismo, que la escolarización va aparejada al aprendizaje y, por lo tanto, el fracaso escolar se debe principalmente al alumno: o no trabaja o no tiene interés o no está capacitado para los estudios. Dicho de forma más tajante, tienden a considerar que el alumno que no aprende no debería estar en la escuela. O, por lo menos, en su escuela. En consecuencia, defienden la necesidad de diferentes itinerarios escolares según el grado de interés, de trabajo o de capacidad de cada alumno.

Mis colegas antipedagógicos conciben un sistema escolar basado en la instrucción y no en la educación (en el trabajo individual y no en el trabajo colaborativo) y defienden una escuela que se legitima por la tradición. El imaginario escolar de mis colegas antipedagógicos se inspira en un prototipo arcaico de profesores, alumnos y hábitos escolares, (vertical, transmisivo y con los alumnos repitiendo y no produciendo) muy a menudo enraizado en los recuerdos de su propia biografía escolar, idealizada con el paso de los años.

Mis colegas antipedagógicos asimilan la pedagogía en general a las propuestas de la LOGSE y su rechazo inicial a la reforma educativa se ha extendido fatalmente a cualquier razonamiento o propuesta pedagógica. De ser “antirreforma” han pasado, en pocos cursos, a ser “antipedadogía”. Gracias a la LOGSE han dejado de ignorar la pedagogía para rechazarla.

Yo creo que mis colegas antipedagógicos se equivocan en muchos aspectos. Pienso que mezclan churras con merinas y que en su postura antipedagógica hay un amasijo letal de críticas razonadas, afirmaciones demagógicas, sentimientos de impotencia, de autojustificación y de desesperanza. Pero estos ingredientes no son exclusivos de mis colegas antipedagógicos, pues entre mis amigos pedagogos encuentro muy a menudo los mismos ingredientes…

En cambio, considero que mis colegas antipedagógicos ponen el dedo en muchas llagas denunciando los excesos verbales del discurso pedagógico y recordando que la escuela no solamente es un servicio sino también una institución, que hay mucho “pedagogista” que no domina los fundamentos de su disciplina académica, que se exige mucho a un profesorado que ya hace mucho, que se desprecia toda tradición escolar, que no se parte de la realidad ni del estado real del mundo educativo, que hay una voluntad normativa descomunal por parte de las administraciones, etc. (Toda coincidencia con las actividades y los usos habituales de las TICs es pura casualidad)

Por supuesto, hablo de mis verdaderos colegas antipedagogos, no de los gandules, los sinvergüenzas y los ignorantes. Pues gandules, sinvergüenzas e ignorantes también los hay, sin duda, entre los pedagogos.

Y por eso no existe la más mínima ironía en las palabras que acabáis de leer, pues los considero realmente mis colegas. Quizá no los mejores, pero algunos de mis buenos profesores eran antipedagogos avant la lettre. Hay en mi centro algunos antipedagogos de primer orden. Ellos son, honradamente y profesionalmente, tan profesores como yo. Y por ello siempre me he negado a formar parte de cualquier frente, de cualquier “ellos” y “nosotros”.

Considero, pues, que la verdadera y fundamentada postura antipedagógica también forma parte del saber educativo. La “antipedagogía” posee una legítima parte de verdad y me sirve a mí, a pesar de lo alejado que estoy de sus postulados antagónicos, para conocer mis debilidades, iluminar aspectos soslayados, poner en evidencia los desatinos de mis propuestas pedagógicas… incluso, via negationis, para dar valor a mi trabajo en el aula!

No nos hace ningún bien polemizar entre profesores y, especialmente, cuando la polémica se sale de los cauces de la buena educación, el respeto y la inteligencia. Mucho mejor nos iría si centráramos nuestros esfuerzos en tratar de comprender la parte de verdad que cada postura encierra y trabajar, codo con codo, para mejorar la calidad de nuestro trabajo y de nuestros centros educativos. Y admitir, de una vez por todas y sin reparos, que en educación lo poco que sabemos, lo sabemos entre todos.


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domingo, 9 de septiembre de 2007

La Escuela Luddita y las ideas 2.0

Acerca de una estrategia pensada para "entrarle" a un sistema educativa, con una propuesta disruptiva. Y acerca de la ratificación del conservadurismo por diseño de las organizaciones complejas como la escuela. Recomiendo las definiciones de ludismo y neoludismo de Wikipedia.

Esta entrada es un intercambio de correos electrónicos entre alguien externo al sistema educativo, quien está intentando llegar a docentes y alumnos de manera directa, con un proyecto de prevención importantísimo en su contenido y alcance. Se está implementando a nivel de municipalidad en una ciudad argentina. Resguardo su identidad, en principio.

Transcribo pregunta y respuesta, en lenguaje coloquial, por supuesto. Algunos vínculos y apuntes a las producciones de este blog (en verde) son agregados, para ampliar la argumentación.

Hola Guillermo!

Te molesto para contarte algunas experiencias del proyecto que estamos ejecutando en las 3 escuelas de la ciudad. Un éxito total, pero cuantos problemas políticos-organizacionales (no fue éste el término mencionado) en el ambiente educativo! y que estructurados son los docentes! realmente me sorprende.

¡Se mezclan tantas cosas! ¡Resulta que hasta han argumentado que hay que tener cuidado con Internet porque lo que ahí se dice queda eternamente y luego puede ser usado en contra!! ¿Algunos consejitos de tu parte?

Alicia (No es el nombre real):

Básicamente, te diría que hay que trabajar a nivel de institución. Es como con los chicos, hay que buscar que cada docente se desarrolle hacia el camino que
desee. Convencerlos de que deben permitirse a sí mismos ser peregrinos digitales. La tarea es descubrimiento y al mismo tiempo construcción de nuevos bosques y caminos. Ver http://adefinirlo.blogspot.com/2007/03/tscar-periodismo-blogs-educacin-el.html

Yo diría que, ante todo, es clave llegar al director de cada colegio ya que es quien lidera el que debe dotar de legitimidad a la innovación. Tenés que ofrecerles "crédito" por tomar riesgos. Sino, dejarán todo como está. Ver La Institución Educativa: Una definición provisional. Acerca de nuevos apuntes para definir a una institución en la Era de la Información. http://adefinirlo.blogspot.com/2007/06/institucin-educativa-una-definicin.html

El siguiente paso es llegar al responsable de informática. Es la persona que tiene las llaves (reales o virtuales), del acceso a Internet, quien dará soporte técnico. Es posible que esta persona esté enseñando herramientas como procesador de texto, planilla de cálculo, etc. (porque son "útiles"), y te aseguro que los que enseñan informática son muy autoconscientes (y renuentes) respecto a involucrarse en algún contenido del cual sus alumnos conozcan más, o aprendan más rápido que él.

La tercera es buscar al docente "innovador", el "early adopter". Quien esté cansado de hacer todo de la misma manera siempre, y desee cambiar. No son habituales estos perfiles, es todo un arte detectarlos y darles el soporte para que se animen a desarrollar e implementar innovación. Es clave difundir y estimular a nivel sistema a esta gente (un premio, hablar en un congreso, una publicación, una capacitación en servicio solo para ellos, etc.). Ver Innovación, buscar resultados diferentes. Acerca del Sistema Educativo, la innovación, los desafíos y los cambios. http://adefinirlo.blogspot.com/2007/04/innovacin-buscar-resultados-diferentes.html

Hay que hablar con los bibliotecarios. Hay muchos de ellos que tienen empuje y ganas de reinventar la biblioteca escolar (y hay otros que son capaces de "excomulgar" a los docentes en aras del sagrado "derecho de autor")

Con los docentes, la lógica es análoga al aula. Una vez que se plantea la actividad, lo importante es crear relaciones personales con ellos, y animarlos, hasta que la actividad de bloguear, y las producciones de sus alumnos les ofrezcan las mismas satisfacciones, que nos ofrecen a quienes ya somos docentes 2.0. Ver ¿Qué hace a un buen docente? Acerca de una enumeración de cualidades claves para que cualquier docente sea exitoso. http://adefinirlo.blogspot.com/2007/05/qu-hace-un-buen-docente.html

A partir de ello seguirán creciendo solos (pero hay que seguir sosteniendo estos andamiajes institucionales y sistémicos que te mencioné). Si el sistema le podría dar a estos "aventureros" alguna hora cátedra adicional sería excelente. Es bueno tener a mano para ellos una lista de consejos, de "esto sí y esto no", referido en particular a las cosas que ellos o sus alumnos publicarán, y a la moderación de este espacio público. Y es clave que sean eso, "consejos" y no decretos, para ser consistentes con la idea de "empoderar" al docente.

Estratégicamente, tal vez lo primero a hacer es buscar a nivel de jurisdicción un innovador que esté convencido de apoyarte en esta "gesta", y que conozca (te aseguro que se conocen) donde están las instituciones y docentes innovadores.

Estoy convencido que es importante evitar las clases multitudinarias, donde alguien te las puede convierte en asambleas con una pregunta boicot, en función de eventuales "riesgos" o "trabajo adicional que no me pagan". Realizar proyectos puntuales, pero difundirlos muy intensamente utilizando los medios o eventos como Día de Weblogs, o similares. A partir de esto, se irá "tejiendo la red". Acá aparece otro ejemplo de los mismo en el Campus Virtual ORT.

(A partir de tu pregunta, creo que armé un post para mi blog, me parece que lo voy a publicar...)

Saludos

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